Una tarde de primavera en Seúl, Corea del Sur, en medio del caos y la incertidumbre que trajo la pandemia, mi socio y yo, nos reunimos con una visión clara: transformar la adversidad en una oportunidad para renacer. Así nació Chikimi,

“La familia que te protege para toda la vida”

Después de ver cómo la pandemia afectó a nuestras familias y amigos, decidimos crear algo que pudiera realmente marcar la diferencia. Nuestro objetivo era combinar las técnicas ancestrales de salud coreana con los últimos avances científicos para ofrecer tratamientos integrales.

Recuerdo claramente a Juana en Lima, Perú, una madre de tres hijos que sufría de dolor crónico en la espalda. Ver cómo encontró alivio desde su primera sesión con nosotros fue una confirmación de que estábamos en el camino correcto.

Desde Corea al mundo, nuestra misión siempre ha sido global. Nos adaptamos a las necesidades locales, llevando bienestar a lugares como Quito, Ecuador, y San José, Costa Rica. Historias como la de Carlos en Guayaquil, quien encontró paz y alivio con nosotros, reflejan nuestro propósito.

Cada historia que compartimos refuerza nuestra creencia de que todos merecen una segunda oportunidad para vivir plenamente. No solo tratamos el cuerpo; también cuidamos el espíritu, ofreciendo un refugio donde puedas renacer y florecer.